La contabilidad analítica, esa gran olvidada.
Por definición, la contabilidad es la parte de la gestión empresarial dedicada al registro de transacciones económicas que surgen en una empresa de forma diaria. Dentro de ella, tenemos dos tipos bien diferenciados pero que, por el buen gobierno de una empresa, deben ser complementarios.
El primero, es el referente a la contabilidad financiera y el segundo a la analítica o de gestión interna. Mientras que la primera es pública, obligatoria y se hace en libros basados en el Plan General de Contabilidad (Balance de situación, cuenta de pérdidas y ganancias, estado de cambios de flujo de efectivo, estado de cambios en el patrimonio neto y memoria), la segunda es interna, voluntaria para gestión empresarial y no tiene normativa, lo que la hace subjetiva y moldeable en función del departamento y la empresa en la que se lleve a cabo.
Debido a esa flexibilidad inherente de la contabilidad analítica, resulta muy útil para la empresa tanto en un momento presente, como para la toma de decisiones en el futuro. Con ella, se pueden, por ejemplo, dividir los gastos por proyectos o por centros de coste. Y con ellos, calcular la rentabilidad de esos gastos y cómo afectan al beneficio neto de la actividad empresarial, saber si son rentables ciertas acciones de la empresa, o simplemente conocer si está o no sobredimensionado un departamento o parte de la gestión empresarial. En definitiva, lo que se obtiene es una visión distinta a la que se tiene cuando se elaboran los estados financieros y que permite anticiparse a lo que puede ocurrir en el futuro.
En conclusión, el objetivo de la contabilidad financiera es proporcionar información a personas incluso ajenas al día a día de la entidad (por ejemplo, a accionistas en una sociedad por acciones), mientras que en la contabilidad de gestión es un sistema de información para usuarios internos de la empresa y que ayuda en la toma de decisiones a perfiles como puedan ser el director financiero de la misma o los directores de los departamentos que la formen.
Juan Obra